Tres habitaciones, salón-comedor con chimenea,
buhardilla, amplias terrazas con hermosas vistas, garaje con trastero, pista de
tenis, solariúm, piscina y polideportivos han relegado a un segundo e injusto
plano, al olvido, una parte de nuestras casas que nos vieron crecer y jugar de
pequeños y que formaron la esencia base del perfume de nuestra memoria. Las
galerías.
En ellas
instalamos nuestros juegos de aquellos días, en ellas dibujamos con tiza sus
puertas de madera, utilizamos la pila de lavar de nuestras madres como
improvisado océano para nuestros barcos de papel o como ínfima piscina para los
de menor de talla a costa de clavarnos en la espalda el duro grifo de metal.
Incluso sirvieron como base para nuestros incendios de palillos o de plataforma
de lanzamiento de cohetes espaciales hechos con cerillas robadas.
Las macetas
fueron convertidas en espesas selvas tropicales donde se desarrollaron miles de
batallas entre los japoneses, subidos a las ramas de los geranios, y soldados
americanos que siempre ganaban.
Hoy en día lo
importante es el garaje, el pomo dorado de la puerta, la urbanización, los
metros cuadrados habitables y el interés variable de las hipotecas que para
algunos serán el medio para mentirse a
uno mismo ante los demás aparentando lo que no se es. Pero no tendrán una
galería donde jugar los pequeños de la casa. Se pasaba mucho tiempo en ellas,
jugando con las pinzas de tender a
fabricar modernas armas destructivas o a simplemente mirar hacia abajo y
observar a la vecina del piso inferior, mientras apoyábamos nuestras barbillas
en la barandilla de hierro. Ahora están acristaladas, no entra el sol, no
crecen los geranios, con lo cual no hay
batallas entre japoneses y americanos.
Indudablemente es mucho mejor así.
Pero el frescor
que sentía en mis muslos cuando me sentaba en el suelo recién fregado con mis
pantalones cortos, no lo he vuelto a sentir y tampoco lo he olvidado aún. Me
dicen que hay un nuevo parque temático en la ciudad, tendré que ir en bermudas
a probarlo. Todo cambia incluso los lugares donde divertirse. Menos mal…
Publicado en el Diario Información
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