INICIAR/ACEPTAR/CANCELAR.
Una vez más estaban allí, sentados uno frente al
otro. Formaban una pareja muy unida, día tras día pasaban horas mirándose, insinuándose
e imaginándose. Se hablaban poco, muy poco, pero se tocaban mucho. Los ojos de
Juan se enrojecían de tanto mirarla, en espera de una respuesta de lo
desconocido, de lo oculto, de lo deseado o de la salvación a la monotonía. El amor oculto en unas letras, la foto robada,
la frase penetradora de pasiones sin cara, anhelos de él, de ella, ilusiones
sin horizontes en un campo de hastío y rutina enclavado en la salita de estar
frente al póster de turno.
Juan estaba a la espera, una vez más, a que ella apareciera asomándose
por el vértice inferior derecho. De nuevo creería que era posible que a través
de esas líneas se pudieran dibujar las curvas de su deseo, acariciar el cuerpo
invisible, inhalar su aroma y sentir el calor de la palma de su mano adherida a
la suya. Palabras de amor sucederían a aquellas letras dichas desde un rincón
oculto a la vista de los demás, mientras el telediario sonaba en el salón y en
la cocina chisporroteaba el frito. Peregrinos de caminos que nunca recorrerían juntos
y que jamás recorrerán por esa senda. Dicen que algunos atraviesan ciudades,
países e incluso continentes para verse y que el regreso fue sin el retorno
deseado. La esperanza atracada por la realidad en rincón desconocido, en un
callejón oscuro. Erupciones de
sentimientos jamás dichos, deseos arrancados desde lo más oscuro con palabras
desconocidas en sus dedos al escribir. Pasiones nocturnas en sus mentes
enamoradas y cuerpos ajados de deseo robado que se desvanecían al despertar y
que solo volvían a arder cuando Juan apretaba el botón de Inicio cada día. El amor por
Internet es una nave vacía, una fuente sin agua, un campo abandonado, un coche
en el desguace. Es como un carro de labranza con ruedas de coche, como
acariciar la seda con guantes de cuero. El amor es tocar, ver, oler y oír todo
lo que almacena la otra persona y llevártelo a la nave de tu alma, es ver como tu deseo brota en la fuente de
ella, ver amanecer cada mañana en el campo dándote el sol en la cara, es sentir
los pasos de ella a tu lado al caminar, acariciar su sedosa piel al natural y no poniendo tus
dedos sobre su foto en la pantalla. La ciencia avanza para facilitarnos la
vida, para vivir más y mejor, para darnos calidad de vida pero no para sustituirnos el vacío de al lado
en la cama y menos si no viven en tu ciudad. Almas deseosas del olvido buscan
en la red el limbo donde detener el tiempo mientras se transforman en alguien
que no son, escondidos en la oscuridad de la red. Estraperlistas de identidades
asentados en los chats nos mienten porque temen decir quiénes son en realidad. Los
amigos en la barra del bar tomando unos calamares con vermuts y el amor mejor
cuanto más cerca, las discusiones en la cara
y los besos en el cuello.
Juan esa mañana tomó el autobús y al subir se fijó en alguien que estaba
sentada al fondo del vehículo y el único botón que deseó tocar no fue el de
Inicio. Estaba en el buen
camino.....
Fin.
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