El príncipe que tuvo la osadía de decirle al Rey Jackson
“crazy little creep” gobierna para crear algo sublime para sus súbditos, algo
que asciende a lo divino. Siempre me gustará esa lluvia, siempre querré pasear
por ese lugar. El pequeño chico de Minneapolis hereda los poderes ancestrales
de Hendrix para entrar en el olimpo de los solos de guitarra armado de su Cloud
Guitar tuneada, para abrir corazones vírgenes al auténtico power ballad.. Me
transformo. Me sublevo. Me hipnotiza. Con un quejido desgarrador airea amores
imposibles, perdidos y sin vuelta atrás. No quiero paraguas, no quiero nada que
me oculte. No os obligo a seguidme porque voy a calarme hasta los huesos de esa
lluvia púrpura.
Ramón Pérez Aguilar.
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