miércoles, 29 de enero de 2014

LOCO

Trabajo fácil para mi dura existencia sin paga extra alguna. Esas chicas del coro siempre han sabido captar mi atención mientras escucho una buena letra que me rebela contra todo. Andrés Calamaro bucea entre las mil y una especies del mar acústico, como buen salmón, para salir a flote en el mar del auténtico swing en un prodigioso salto para salvar el escollo de la monotonía que me invade. Canción protesta que llega a mí a través de una guitarra desprendiendo notas aprobadas en el examen del estímulo, para resucitar la revolución dormida con piquetes de sensibilidad y hogueras ante el castillo de la vulgaridad. La independencia musical de las caras B inunda mis manos de pinceles libres, para colorear nuestras grises vidas, sin importar las cifras de ventas. Punteos de sonidos Filadelfia hacen que nuestros corazones domados, vuelvan a latir con pulsaciones de rebeldía y acelerados latidos provocados por la voz, atormentada de humo y calidez, de Calamaro. Dejadme que me oxigene mientras mi corazón crea que aún hay tiempo para respirar de verdad.

Ramón Pérez Aguilar

Publicado en Diario Información en Enero 2014


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