Esa especie de aplauso hace que me acerque ilusionado a la pista
iluminada, como lo hace mi alma al oírte. Los punteos del bajo de Stuart Zender
explotan mi amueblado corazón que vuelve a desbaratarse al ver como el Funk nunca
muere. Gracias “JAY” por sacarme de la facilidad infame y devolverme a la cuna
de todo. Quiero ese chándal, quiero ese sombrero, quiero ver como esas luces en
el suelo iluminan mis pasos. Yo siempre camino sobre eso. Pinceladas acústicas trazadas por Tobi y los golpes profundos de los toms de Nick
Van Gelder me recuerdan que debo hacerlo. Las invitadas bailan para ti, bailan para mi, por eso intentaré seguirte con el alma en mis pies. El acid jazz puede esperar, mientras “LITTLE
L” nos habla de entrega verdadera. Yo también soy de tu tribu JAMIROQUAI.
¡Vamos hacedme un hueco! Voy a bailar con ellas mientras la bola giratoria de la vida
siga girando sobre mi cabeza iluminándome.
Tiene un nuevo seguidor en su blog. Debe de amar demasiado la música para describirla así. Jamiroquai y su bajo son un deleite para el corazón, no puedes resistirte, te mueves complacido por el ritmo.
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